martes, 7 de febrero de 2017

Buscando MECENAS


Busco Mecenas:
Sras. Y Srs. Amigos todos, me estoy iniciando como escritor y requiero de Mecenas que me ayuden a conjuntar el costo de la edición requerido por pentian.com para que mi libro “EL MENSAJE… ¿?” sea publicado en el mes de abril próximo. Los que participen como Mecenas estarán compartiendo las ganancias de esta edición por los próximos  tres (3) años en un 50% de las ventas en relación con el porcentaje de su aportación, por lo que pueden ver este caso como una inversión. Puedo decirles que “EL MENSAJE… ¿?” será todo un éxito: tanto por su contenido  como por el esfuerzo que pondré para publicitarlo eficientemente.
Si conocen algunos prospectos de MECENAS, háganmelo saber y yo personalmente los contactaré.


Gracias y mando una contraportada:



El mensaje… ¿?
No me explico por qué la duda –me dije- todo esto es real. No estamos dando la puntilla al mundo, lo estamos afectando ¡eso es muy cierto! nos estamos afectando nosotros mismos ¡también es cierto! y esto es realmente lo peor. Sin humanos la tierra se restablecería así misma en unas cuantas décadas, pero sin humanos, la existencia de Dios se extinguiría y Dios nunca dejara de existir… me quede pensando, entonces hay esperanzas –me alegré- 

La soberbia: ¡nuestro rival! el enemigo a vencer, ¡y esto es posible!, solo que… ¡es tan magnífica la soberbia!, nos hace sentirnos superiores a todo… incluso a Dios ¡pero si Dios no existe! Contradicción: como sentirnos superiores a Dios si no existe. Nosotros, el género humano, somos tan perfectos por obra y gracia de la casualidad, nacemos perfectos y nos desarrollamos perfectos hasta que nos toca la soberbia y nos alejamos conscientemente de Dios ¡porqué se vuelve una molestia constante para nuestros malévolos propósitos!


Creo que lo que nos quieren decir es… qué sí el hombre trabajara para el hombre, en todo su potencial y desarrollando todo su intelecto y alcanzara a comprender que la vida nos ha sido dada para disfrutarla; desde nuestro nacimiento y aun hasta nuestra muerte, ¿estaríamos alcanzando el fin para el que hemos sido creados…?

Francisco J. García